Soñar en colectivo porque soñar a solas duele

Fecha de publicación: 2 de diciembre de 2022

Programa de Cursos Libres de la Coordinación de Acción Social

Pensar a solas duele, es uno de los versos del poema “Estudio con algo de tedio” del poeta y activista salvadoreño Roque Dalton, el cual fue publicado el libro “La ventana en el rostro” en 1961… y hoy en tiempos electorales y convulsos, esa frase adquiere un mayor sentido y una voluntad particular al preguntarnos: ¿cuál es la sociedad que queremos construir? ¿cómo lo vamos a hacer?

Para muchas personas, la respuesta podría estar en las urnas, en la democracia, en la participación ciudadana, el respeto a las diversidades, la justicia y la igualdad social y de oportunidades, o bien en el ejercicio igualitario de nuestros derechos… pero nada de lo anterior tiene sentido si somos una sociedad que no sueña o una sociedad donde no se permite soñar.

Al final del taller, no solo nos fuimos con la sensación creativa de nuestras manos o el compartir de la comunidad, los atrapasueños nos permitieron pensarnos y pensar la comunidad. El tejer nos facilitó detectar esa sensación innata de la ilusión de soñar, de la voluntad, la paciencia y la perseverancia. Y eso es lo que buscan los atrapasueños. Atrapar los sueños y dejar pasar las pesadillas tanto las individuales como las colectivas.
**Gloriana Rodríguez-Corrales**

Y eso fue lo que buscamos: nos dimos a la tarea de tejer atrapasueños en la comunidad de Guacimal de Puntarenas el pasado lunes 29 y martes 30 de enero, como parte del Programa de Cursos Libres de la Coordinación de Acción Social de la Sede del Pacífico.

Entre el pensar y el soñar

Inspiradas en la frase de Roque, elaboramos el taller para aprender a hacer atrapasueños: Soñar a solas duele. Así que, durante 2 días, con niños, niñas, personas jóvenes y adultas de la comunidad, construimos y reflexionamos sobre los sueños… ¿con qué soñamos ser cuando seamos grandes? ¿con qué soñamos en nuestro ahora?: las respuestas fueron muy variadas “ser la mejor atleta del mundo”, “vivir en un hotel”, “que mi hijo tenga una carrera”, “quiero llegar a ser doctora”, “vivir en un paraíso lleno de vida y paz”, “bucear y ver un tiburón”…

Luego de ir tejiendo nuestros sueños nos preguntamos ¿cuáles eran los sueños comunitarios?… he aquí la lista:

“Un parque, una chocolatería, un colegio, una tienda de palomitas, una heladería, que el río sea más calientito, que hayan más fuentes de empleo, que el pueblo se conserve sano y limpio, que el río no haga más problemas”.